Los dentistas se preparan 6 años para obtener su título, luego hacen su especialidad y recién después de casi una década de estudios, comienzan a trabajar como odontólogos. Los que deciden tomar el camino del emprendimiento con una consulta propia se ven enfrentados a administrar un negocio sin tener conocimiento o preparación alguna en gestión, dado que las universidades dedican todos sus esfuerzos a que sus egresados sean dentistas de primer nivel, pero apenas enseñan sobre materias de gestión.
Hoy en día, para llevar exitosamente una clínica dental en un mercado tan competitivo como el nacional, entender sobre administración empresarial es tan importante como ser un buen dentista. Las tareas de estrategia, marketing y finanzas se han vuelto claves para lograr que la clínica dental funcione bien y que sea rentable.
De todas maneras, muchos odontólogos deciden tomar este riesgo y aprender en el camino. Son muchas las opciones existentes para adquirir herramientas de administración: Leer libros, artículos, tomar algún curso de coaching o incluso con la técnica de prueba y error. Todas estas opciones son válidas, pero suelen ser bastante ineficientes dado el tiempo que requieren y los pocos resultados que reportan.
Dado todo lo anterior, se hace necesario entender que el odontólogo no es el indicado para llevar a cabo esta tarea, ya que un dentista no es un administrador. Para optimizar los recursos, el odontólogo debe saber qué tareas realizar por su cuenta y cuáles delegar a terceros. Por ejemplo, no tiene ningún sentido que el mismo dentista esté a cargo de gestionar las redes sociales o de diseñar volantes para una campaña de marketing, porque esa no es su área, sino que es estar dentro del box tratando a los pacientes. La atención de calidad en materias de salud bucal es finalmente para lo que los odontólogos se preparan, y es lo que les reporta mayor satisfacción.
Lo mismo pasa con la gestión de la clínica. Es mucho más eficiente que se encargue alguien experto en administración y que entienda con más precisión cómo manejar una clínica a que el dentista realice doble función y no pueda completar ninguna a cabalidad.
Una vez que se tenga esto claro y se aplique, estaremos un paso más adelante hacia una gestión de calidad, con el objetivo de que el emprendimiento deje de ser la tarea pendiente de la odontología.
Si te interesa saber más o quieres que te ayudemos a través de un proceso de asesoría en estrategia, marketing y/o finanzas, no dudes en contactarnos.